La cantante, compositora y productora malagueña Julia Martín llenó la Sala Víbora de ritmos afro pop, funk, neo soul y hip hop, con las canciones de su último disco Yulai Bombay, que lanzó en abril de 2025.
Julia construyó su mundo musical entre versiones de jazz, R&B y soul antes de encontrar su piedra angular: el live looping. Desde ahí, su música ha ido experimentando dónde voz y ritmo van a tiempo real.
Sobre el escenario, la artista no estaba sola. A su alrededor, un sexteto perfectamente coordinado convertía la Sala Víbora en un espacio dinámico. La trompeta de Adri Cruces añadía capas envolventes de efectos, mientras las teclas de Gregorio Herreros se movían con soltura entre las melodías. La guitarra de Pablo Márquez aportaba elegancia y cuerpo, sostenida por el groove constante del bajo de Dani Tazzio y una batería, la de Ale Parrado, que terminaba de vestir cada tema con precisión y energía. Todo orbitando alrededor del live looping y la voz de Julia, que dirigía el conjunto como una directora de orquesta.
Uno de los aspectos más destacados de la actuación fue el uso de efectos en todos los instrumentos, marcando la diferencia entre canciones y reforzando la habilidad de la malagueña con el live looping y beatboxing.
La artista hizo un repaso personal y con alma de su último trabajo, compartiendo el significado de sus canciones e interactuando con el público. Además, añadió varios covers como La Tortura de Judeline, Dakiti de Bad Bunny y el clásico bolero Toda Una Vida, cada una con la firma sonora de Yulai Bombay.
El sonido en directo amplía el del disco, convirtiendo el concierto en una experiencia única, con una potencia que complementa tanto el álbum como su estética visual.
La unidad del equipo se puede percibir desde el principio en su vestuario: una equipación morada de béisbol que reforzaba la imagen de grupo, funcionando todos a una.
Un directo que nunca bajó de energía y se mantuvo arriba desde el primer momento. Al salir del concierto, quedaba la sensación de querer escuchar más proyectos de la artista. Definitivamente, es una apuesta segura para quienes quieran disfrutar de un directo de calidad con una voz potente y versátil con vibra superreal; ir a ver a Julia Martín con su sexteto o en solitario es un acierto.
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