Depresión Sonora lanza su nuevo álbum: Los Perros no Entienden Internet (… Y Yo no Entiendo de Sentimientos)

Marcos Crespo, conocido musicalmente como Depresión Sonora desde 2020, publicó el pasado 24 de octubre su segundo álbum Los Perros no Entienden Internet (… Y Yo no Entiendo de Sentimientos). Este disco llega tras unos años en los que Marcos no ha parado de moverse y sacar música, puesto que, tras su gira por Latinoamérica en 2023, sacó su EP MAKINAVAJA en 2024, tocó en Coachella ese mismo año (y en varias ciudades de EEUU) y sacó el EP DSxBB en 2025 en colaboración con Bb trickz.

Portada del disco de Depresión Sonora

Este nuevo trabajo, pese a mantener su esencia post-punk que recuerda a grupos como The Cure, The Chamaleons o Molchat Doma, saca a relucir un nuevo sonido más original y más propio que recuerda a bandas más animadas como The Postal Service (en su canción Domingo químico, por ejemplo).

El disco comienza con La balada de los perros, canción que no solo hace alusión al título sino que también refleja la idea que Crespo nos quiere transmitir durante esta media hora de música y que desarrolla de forma más extensa en su página y en su entrevista por infobae. Su punto es que deberíamos aprender un poco de los perros, porque vamos muy deprisa y nos pasamos el día en modo automático para salir del paso, sin reflexionar con nosotros mismos y a veces hasta sin sentir ni pensar lo más mínimo.

Esta idea de desamparo frente a un mundo que no se para, empujándonos a ser productivos y estar en todo se refleja en gran parte del álbum. Sin ir más lejos en los primeros 30 segundos de la segunda canción, Sin volverme loco, ya vuelve a tratar esa presión por no poder desconectar («Atrapado siempre en la distancia entre la chamba y la cama, entre la rutina y la calma») y por no poder hacer ni siquiera un poco de introspección por miedo al resultado que podamos sacar de ella («Y todo lo que he olvidado es de vida o muerte, es importante para seguir sin volverme loco»).

En general, todas las canciones de la primera mitad nos muestran a un Crespo ansioso e impulsivo con ritmos rápidos. Esto se ve claramente en La Ley del Pobre y en No te Hables Mal («Ya no me divierto si no puedo acelerar el tiempo. No soporto el silencio») e incluso en Guárdame este secreto, que, pese a ser la más tranquila de esta mitad, la letra nos sigue transmitiendo esa sensación de prisa y de no poder parar («Y es que soy tan impaciente, ¿me perdonarás?»).

Esta parte culmina en Éxodo 32: 15-28, que actúa como interludio y hace referencia al versículo del Antiguo Testamento en el que Moisés lleva al pueblo las tablillas con los diez mandamientos, solo que en esta versión «Moisés» decide romper las tablillas y rechazar esta «nueva guía ética de conducta» («A partir de ahora solo hay juego, solo este momento, ¿por qué intentar domesticar el instinto?»).

Tras esto, Cómo Será Vivir en el Campo nos introduce a una segunda parte más sosegada y, pese a seguir teniendo elementos negativos, más esperanzadora. Esta canción nos cuenta cómo Crespo ya no persigue esa vida competitiva («No tengo ambición, ya no soy nadie. Nunca salté al agua de golpe»), y se preocupa por haber malgastado su oportunidad y haberse perdido sin poder volver atrás («Dime que sigo siendo bueno, que no hay un camino correcto, que no estoy perdido, que sigo durmiendo»).

Estas ideas de los años perdidos y de no perder la identidad continúa con Desordenarlo Todo y Me Va la Vida en Esto. En la primera habla sobre un amigo al que lleva años sin ver y se pregunta si estará enfadado y cómo podría haber sido su vida si hubiese seguido con él. En la segunda se centra en la pérdida de identidad tras años de vivir tan deprisa sin poder pensar ni hacer recuerdos («Recuerda, por favor, que en el fondo no eras tan malo. Cintas con mi voz, para no olvidar tan rápido») e incluso suena un audio suyo de niño para reforzar esta idea.

Casi al final aparece Vacaciones para Siempre con una letra y ritmo más animados, en los que Crespo refuerza la idea principal del álbum (la necesidad de parar) y nos cuenta que él va a aplicarla («No tendré miedo a mis emociones, no habrá nadie que controle la química del tiempo libre») comparándose con una bomba a punto de estallar («Revuelta en el extrarradio, ha habido una bomba en el centro de Madrid»).

Qué Pena que nos Vayamos a Olvidar concluye el disco con una guitarra desafinada y un Crespo con una voz más aguda y juvenil que poco a poco se va agravando y envejeciendo mientras dice: «Quiero aprender algo nuevo en este cuerpo viejo».

Junto al proyecto, Depresión Sonora anunció el tour ME VA LA VIDA EN ESTO por España en el que visitará tanto Sevilla como Granada en Andalucía.

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