Eurovisión 2025: Amenazas, abucheos, prohibiciones y nervios hasta el último momento del televoto.

Un festival que reunió a un pueblo a través de la música a uno que cada año está más manchado por conflictos externos a esta. 

El pasado sábado tuvo lugar la 69ª edición del festival de la canción (Eurovisión) en la ciudad de Basilea, Suiza, tras la victoria del año pasado por su representante, Nemo. Este festival catalogado como el más longevo de la historia de la televisión ha vivido ciertas polémicas los últimos años siendo este uno cargado de conflictos.

Uno de los más controversiales se resume en la participación de Israel. Eurovisión es un programa que se creó para calmar la tensión tras la guerra mundial en Europa.

Algo irónico, ya que hablamos de un concurso entre países, aunque la música servía como nexo despolitizador. Desde el primer momento una de sus principales características son las de ser un festival apolítico. Sin embargo, la vara de medir no ha sido igual para todos. 

En 2022, Rusia fue expulsada del certamen una vez que empezó el conflicto bélico con Ucrania siendo la vencedora ese mismo año. Recordemos que fue la ganadora del televoto, algo bastante comentado ya que se relaciona como un gesto de solidaridad habiendo otras mucho más efectivas. 

Sin embargo Israel sigue participando a pesar de su conflicto. El año pasado pudimos ver cómo varios países se opusieron a esto. Además del televoto que fue sorprendente.. Ya de por si, la actuación era abucheada y su equipo usaron aplausos enlatados. Durante su actuación, ruedas de prensa o en el desfile que realizan los concursantes podíamos ver una multitud de banderas palestinas. 

Este año no ha sido menos, al contrario ha sido uno de los años más comentados. Lo que muchas organizaciones denuncian como un genocidio hacia Palestina durante estos años no ha sido blanqueado como pretenden hacer ya sea Israel o la UER. Numerosos ex concursantes recogieron firmas para exigir la exclusión de Israel como muestra de apoyo a Palestina. 

Desde ese momento la UER prohibió la exhibición de banderas no nacionales, incluyendo símbolos LGTB, palestinos o incluso de la Unión Europea. Un acto que muchos lo han catalogado como una represión de la libertad de expresión. Aunque la organización habla de que fue tomada para destacar el carácter neutro del programa. También ha habido polémicas por canciones como la de “Serving” de Malta, en un principio titulada Kant y que más tarde tuvo que modificar el título ya que era demasiado “explícito”.

España también se ha visto envuelta en una de las principales polémicas del certamen. Antes de la final del sábado, se celebran las dos semifinales pertinentes para elegir a los países que irán a la final. Además del Big 5. En la segunda semifinal, en el momento en el que se visionaba la presentación de Israel, los comentaristas españoles hablaron sobre la representante, Yuval Raphael, superviviente de lo ocurrido el 5 de octubre, pero para subrayar las víctimas provocadas por las acciones militares de Israel. Un día después de esto, Israel amenazó a RTVE con una denuncia si volvían a mencionar algo del tema en la final.

El día de la final, al inicio del programa RTVE se posicionó sobre el asunto dejando un rótulo en el que decía: 

“Frente a los derechos humanos, el silencio no es una opción. Paz y justicia para Palestina”. 

Tras esto, comenzó el programa y aparentemente todo volvió a la normalidad, hasta el momento en el que llegaron las votaciones. Israel se convirtió en el país más votado. Destacamos que la votación se divide en dos partes: un jurado profesional y el público (televoto). Trece países le dieron 12 puntos, entre estos España o incluso Bélgica que decidieron cortar la transmisión en su momento. La delegación de España ha abierto un debate con respecto al sistema de votación. Por un lado, por la posición de nuestra representante Melody, en el puesto 24º  y por otro lado, por la falta de transparencia en relación a los votos. Los nervios del público no cesaron hasta ver que Austria se posicionaba como la vencedora, es decir, superando la primera posición en la que se encontraba Israel.

Se han abierto muchos temas a partir de lo ocurrido. Muchos piden la expulsión y no entienden el por qué se exhuma de esta forma. Ya se ha destapado que uno de los grandes patrocinadores del evento es Moroccanoil, una marca de cosméticos cuyo creador es israelí. Podríamos decir que al ser una de las grandes fuentes monetarias del festival, no beneficiaría echarlos. Esto provoca esta situación ya sea por su forma de actuar, porque son los primeros en usar la politica como medio de posicionamiento, la creencia de muchos hacia la falsificacion de las votaciones y sobre todo, la intención de blanquear a este genocidio. Siendo así cómplices los demás países que les han abierto las puertas como si fuesen bienvenidos. 

Los eurofans año tras año pierden la ilusión o la esperanza de que este concurso no sea más que un espacio en el que los países fronterizos se beneficien a la hora de las votaciones, en el que se valoran más unos países que otros por simple renombre o favoritismos y sobre todo, por la politización tan grande que está viviendo estos últimos años. 

La cadena española ya se ha posicionado en contra de lo ocurrido y pide que se reconsiderén las decisiones tomadas, otros países como Irlanda, Eslovenia o Islandia también se han posicionado. Personajes como Salvador Sobral y Charlie McGettigan entre otros. La preocupación crece y se llega a la conclusión de hasta qué punto ha llegado a estar influenciado por las dinámicas geopolíticas. 

Aún es incierto el rumbo que tomará este festival, no sabemos si la UER se decantará por escuchar a las delegaciones que se han posicionado en contra o seguirá actuando desde la indiferencia. RTVE ya ha mostrado su disconformidad, y si no se toman medidas, todo apunta a que las tensiones seguirán aumentando en futuras ediciones.

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