La Trinchera vibró el pasado viernes con el directo del artista argentino, que presentó su disco ‘Nuevos Trapos’ acompañado de invitados, visuales potentes y una conexión total con el público.

El pasado viernes 9 de mayo, Málaga vivió una de esas noches que quedan grabadas. Dano, figura imprescindible del rap en español, aterrizó en La Trinchera con su Nuevos Trapos Tour, y lo que prometía ser un gran concierto acabó convirtiéndose en una experiencia completa: más de hora y media de show, un público entregado y una energía colectiva difícil de describir.

Dano no defraudó. Con un repertorio extenso que mezcló temas de su nuevo disco Nuevos Trapos con clásicos de su carrera, el artista desplegó toda su versatilidad sobre el escenario. Cada canción fue una oportunidad para demostrar que su rap sigue siendo tan fino como afilado, con mensaje, visión y sonido propio. Lo suyo no es seguir modas: es marcar camino.

Acompañado de djswet que sostuvo el ritmo con precisión y tres artistas invitados que fueron apareciendo a lo largo del directo, el show tuvo estructura, potencia y dinamismo. Pero lo más destacable fue la naturalidad de Dano en escena: interactuó constantemente con el público, hizo bromas, improvisó e incluso sacó un instrumento digital para experimentar en vivo, dejando momentos de pura espontaneidad que rompieron cualquier barrera entre artista y audiencia.

Porque si algo marcó la noche fue precisamente eso: la conexión. La Trinchera se convirtió en una especie de reunión de familia rapera, con un ambiente que recordaba más a un patio de colegio que a una sala de conciertos. Dano lo disfrutaba como un niño chico, y eso se contagiaba. El público, por su parte, no solo respondió: se volcó por completo.

Visuales bien trabajados, juego de luces medido y una dirección artística que acompañó sin imponerse. Todo al servicio de la música. El concierto se alargó más de lo previsto, pero nadie se quejó. Al contrario, había una sensación común de que aquello no podía terminar aún. Y eso no pasa todos los días.

Con Nuevos Trapos, Dano demuestra que sigue en plena forma, que su evolución no es solo musical sino también escénica, y que su discurso —crudo, poético, sincero— sigue calando hondo. Lo del viernes fue más que un concierto: fue una celebración del rap con identidad, hecha desde el corazón y para la gente.