Rita: la mirada inocente de una niña ante la crudeza de la realidad

“Los niños no tienen que proteger a nadie, los niños tienen que ser protegidos”, afirmación que oímos de Paz Vegamientras es entrevistada acerca de su debut como directora en “El cofre suena”.

En este largometraje ella nos deja ver desde los ojos de Rita, una niña de apenas siete años de edad, la realidad de una familia en la Sevilla de los años 80. De forma costumbrista muestra lo más tradicional de la época como niños jugando en las calles o una feria de pueblo, mientras aborda la violencia de género y la infancia como dos realidades entremezcladas. Paz Vega, directora, guionista y actriz de esta película, nos manifiesta la sosegada situación centrándose en los detalles más sutiles como una mirada, un silencio o un gesto.

La película se estrenó en agosto en el Festival Internacional de Cine de Toscano, y más tarde se estrenaría al público en octubre del último año, recibiendo variopintas críticas que en su gran mayoría son positivas, halagando la primera dirección de la famosa actriz y su gran guion. También ha despertado una nostalgia que, en lugar de ser complaciente, muestra una dura realidad, dejando un sabor agridulce en los propios espectadores. Aun así, según Filmaffinity, la nota media de esta película es un 6.5, quedando al borde del notable.

La película sigue a Rita y a Lolo, su hermano menor, durante las vacaciones de verano. Sofía Allepuz y Alejandro Escamilla nos deleitan con sus tiernas interpretaciones y su relación fraternal, dejando ver cómo viven estos niños el escenario de maltrato dentro del matrimonio de sus padres, interpretados por Paz Vega y Roberto Álamo. Que, aunque no sean capaces de comprenderlo, ven el sufrimiento de su madre y las exigencias de su padre, intentando saber cómo actuar en cada uno de los conflictos, siendo mayormente Rita quien toma las decisiones en estos momentos, actuando de ángel guardián de su hermano.

Y quizá sea justo eso el punto débil, la falta de comprensión de los niños ante esas actuaciones de los adultos hace que Rita, con tan solo 7 años, vea la necesidad de ser protectora, no solo de su hermano, sino también de su madre, quien, a pesar de mostrarle su mejor cara, no puede evitar derrumbarse en ciertos momentos donde todo parece salirse de sus manos. Y aunque quizá esto no sea muy alejado de la realidad de algunas personas, la mezcla de inocencia con madurez, en algunos momentos parece fingida debido a lo diferente que resulta.

También es importante destacar la veracidad al retratar la sociedad de Paz Vega, una sociedad crítica que juzga sin justificación a las personas que hay a su alrededor. Un ejemplo de esto es la vecina de Rita, madre del niño con el que la pequeña crea un vínculo. Esta parece no tener marido, estar divorciada. Una novedad, ya que hacía apenas unos años que este derecho había sido aprobado, y aunque Mari, la madre de Rita, se había planteado esta opción debido a los malos tratos, cuando el tema surge, ella es partícipe de esta habladuría.

No solo la película es narrada desde los ojos de la niña, sino que la propia cámara graba desde esa altura y se va junto a ella cuando la niña cree que es momento de refugiarse en su habitación o salir a la calle a distraerse. Asimismo, el formato de la película es cuadrado, incrementando ese sentimiento de añoranza que ya por la historia del largometraje se siente. Su paleta de colores es cálida, como la propia Sevilla, nos enseña sus calles, casas típicas, decoraciones, novedades y pensamientos aún arraigados en la sociedad del momento.

Esta fotografía es dirigida por Eva Díaz, a quien hemos visto en otras películas como “Como Dios manda” o “Dioses y perros”.

Por tanto, aun siendo la primera dirección de Paz Vega, se refleja todo lo que ella reivindica en sus entrevistas. Ella ha visto su sueño cumplido, y nosotros tenemos otra forma de educarnos a través del cine con esta manifestación hacia la violencia de género, los años 80 en Andalucía, en España, un periodo de transición. Se esperan con ansias ver salir ese guion que afirma Paz Vega haber estado escribiendo desde hace prácticamente un año en su entrevista en Kinótico, ver dónde nos lleva.